Lección Básica
de Maquillaje:
qué aplicar, cómo y en qué orden
Un cutis con un aspecto perfecto es
un deseo muy frecuente en la mayoría de mujeres. Para conseguirlo, el maquillaje
es nuestro aliado ideal, siempre y cuando lo apliquemos correctamente, en el
orden adecuado y elijamos los productos idóneos y los colores que mejor se
adapten a nuestro tono y tipo de piel.
Sin embargo, una piel sana y cuidada tiene un mejor aspecto y necesita menos
maquillaje. Así que, más importante incluso que el maquillaje, es prestarle las atenciones que necesita, utilizar productos cosméticos para su cuidado (hidratantes, nutritivas, antiedad, serums, limpiadoras, protector solar…), y ser constante en su utilización.
Por eso, para antes de maquillarla,
recuerda siempre haber realizado los siguientes cuidados básicos:
- tu piel perfectamente limpia y
desmaquillada: desmaquíllala cuidadosamente todas las noches; aunque no esté
maquillada, la piel necesita ser limpiada de impurezas, grasa, polución y demás
suciedad y contaminantes. Utiliza un limpiadory/o desmaquillador suaves específicos para cada zona y según tu tipo de
piel. Además, recuerda que conviene de vez en cuando (por ejemplo, una vez a la
semana, según cada caso) aplicar algún exfolianteo alguna mascarilla.
- Si utilizas algún Sérum facial, aplícalo con el
cutis limpio porque así se absorberán mejor todos sus principios activos y
demás ingredientes, pero siempre antes que la crema hidratante.
- tu piel hidratada y nutrida: una
vez limpia, aplica la crema hidratante-nutritiva y el contornode ojos que utilices normalmente.
Tras estas acciones fundamentales que
deberás realizar todos los días, la piel está preparada para aplicar el
maquillaje. Según tus necesidades o la ocasión (no es igual maquillarse para
diario que para una boda), quizá apliques todos los productos siguientes o
quizá algunos no los necesites o puedas prescindir de ellos. Si es así, el que
no emplees, simplemente sáltatelo, pero recuerda en qué orden se debe aplicar
el resto.
· PREPARA El ROSTRO
1º) Pre-Base.
Los prebases tienen una función
muy específica: crear un lienzo perfecto para que el maquillaje (base, rubor,
polvos) se adhiera a tu piel. Algunos de estos pueden contener siliconas o
ácido salicílico, otros extractos de flores o frutas para disminuir las líneas
de expresión… sin embargo, todos tienen el mismo fin: preparar y suavizar tu
piel, además de darle una mayor duración a tu maquillaje.
¿Quiénes lo necesitan? Aunque lo ideal es utilizarlo en ocasiones especiales como bodas o fiestas, se recomiendan para personas que han sufrido de acné, pieles maduras o las que posean severas imperfecciones. Si buscas un maquillaje rápido, los prebases también te ahorraran preciados minuto, o incluso se pueden emplear para conseguir una piel más uniforme y suave cuando no quieres utilizar maquillaje.
2º) Corrector:
Lo primero que vamos a hacer es
corregir posibles manchas de hiperpigmentación, zonas oscuras, cicatrices
pequeñas, ojeras o hinchazón alrededor de los ojos, imperfecciones, rojeces y
espinillas.
En el mercado encontramos correctores
con texturas diferentes (en barra, en crema, en lápiz, líquidos…). La elección
de uno u otro dependerá de tus preferencias o necesidades, aunque a nosotros
personalmente nos resultan más cómodos de aplicar los que tienen una textura en
crema líquida.
En cuanto al tono, tenemos que recordar
que la labor de este producto es matizar y neutralizar, por lo que hay que
tener en cuenta las reglas de la teoría del color: los colores complementarios
neutralizan. En general, utilizaremos un
corrector uno o dos tonos más claros que
la base de maquillaje, en tonos beige o amarillos si las zonas a corregir
no son excesivas o muy marcadas. Si necesitas una ayudita extra en algunas
zonas, quizá necesites otros tonos.
Ten presente las siguientes reglas:
- Los correctores claros aportar
luminosidad porque reflejan más la luz y por tanto hacen la zona más visible,
le da volumen. No conviene en casos de bolsas muy hinchadas o relieves muy
marcados.
- Los tonos más oscuros hunden, dan
profundidad, y son más convenientes en caso de bolsas.
- Los correctores con pigmentos
anaranjados o asalmonados son útiles para mitigar zonas oscuras o grisáceas,
como las ojeras.
- Los colores amarillentos neutralizan
mejor las pieles con matices azulados.
- Los tonos rosas proporcionan
resplandor y suavidad y se emplean en casos de pieles con tonos verdosos.
- Los malvas son ideales para pieles o
zonas amarillentas, por ejemplo en casos en que las facciones reflejen
cansancio, estés excesivo o enfermedad.
- Los correctores verdes camuflan
rojeces. Nos sirven en caso de rojeces muy marcadas o acné.
- Los correctores azulados pueden
servir para igualar el tono en pieles oscuras.
3º) Base de maquillaje:
La selección de la base de maquillaje
es quizá el punto más importante. La base correcta te proporcionará un cutis
suave, con un tono uniforme, y sobre todo, de apariencia natural y aspecto saludable.
Como en casi todos los productos hoy
en día, encontramos diversas texturas y presentaciones: Líquidas, en crema, en
polvo compacto, en polvo suelto, en mousse… Elegir una u otra textura dependerá
también de ti y tus gustos. Personalmente te recomendamos las que son de
textura líquida o cremosa, aunque cuidado si tienes la piel muy grasa. Si este
es tu caso, las hay específicas para piel grasa o mixta, para evitar que te
engrasen más la piel.
Quizá por experiencia ya sepas qué
tono es el más adecuado para tu color de piel. Si no es así o dudas, ten en
cuenta que el tono debe fundirse con tu color, desvanecerse en tu piel y verse acorde también
con el tono de piel del cuello, pues si no, conseguiremos un “efectos máscara”
muy artificial y antiestético.
En verano, si tu piel se broncea,
quizá necesiten algún tono más osuro.
Si tu piel es de tonos bronce medio u
oscuro quizá necesites mezclar dos tonos para obtener la mejor combinación.
Cómo aplicar tu base de maquillaje
dependerá de la textura de la misma; es posible que el propio producto traiga
su aplicador (por ejemplo, una esponja cosmética, un roll-on específico…). Si
no, puedes utilizar una brocha, o lo mejor, tus propios dedos.
Aplícalo desde el centro del rostro
hacia el exterior, hacia la frente, las mejillas y la barbilla, con movimientos
suaves hacia arriba y hacia los lados. Termina difuminando cuidadosamente.
4º) Polvos.
Quizá después de la base quieras
aplicar unos polvos compactos. Estos fijan el maquillaje, dejan una textura
aterciopelada y suave, absorben la grasa y los brillos, y pueden dar un toque
bronceador.
Puedes encontrarlos en polvos
compactos o sueltos y lo ideal es aplicarlos con una brocha redonda.
·
LOS OJOS:
5º) Delineador de cejas.
Las cejas son una parte fundamental del rostro
y a veces nos olvidamos de ellas. Cuida su forma y depílalas si es necesario,
aunque no te pases: las cejas muy finas o pequeñas ya no se llevan. Por el
contrario, las cejas bien marcadas, definidas, largas y oscuras son la última
moda.
Si tus cejas están poco pobladas, son
muy claras, tienen poca forma o son muy cortas, puedes rellenarlas y definirlas
ligeramente con un delineador o perfilador de cejas. Suelen tener forma de
lápiz suave y los colores más adecuados son tu tono actual o el de tu pelo, o
en su caso, si tu pelo es muy claro, blanco o gris, puedes utilizar una sombra
de ojos de un color que se ajuste mejor.
Si tienden a despeinarse, puedes usar
un fijador de cejas que puedes encontrar en el mercado. Suelen ser en gel y
tener un cepillo aplicador.
6º) Sombras de ojos.
Según tu color de ojos y la ocasión
de que se trata, elegiremos los colores y el tipo de sombras. Lo más frecuente
es en polvo mineral compacto, aunque también las hay en otras texturas como en
crema. Igualmente, las encontrarás en tonos mate o con brillo. Según las
circunstancias o tus gustos, elige unas u otras o combínalas.
Aplica primero los tonos claros para
dar luz, después tonos intermedios para dar color, y finalmente los oscuros
para dar profundidad.
Las técnicas para aplicar las sombras
varías según la forma de los ojos (estándar, juntos, separados, caídos,
hundidos, asiáticos…). En otra ocasión dedicaremos una entrada a explicar cómo
maquillar los ojos según su forma. Si no conoces estas técnicas o te resultan
muy complicadas, puedes utilizar una técnica estándar o sencilla. Lo importante
es difuminar bien los colores para que no parezcan manchas de color. Lo ideal
es utilizar brochas o pinceles, aunque también puedes aplicarlas con la yema
del dedo anular.
Los delineadores se utilizar para definir,
perfilar, remarcar el contorno de los ojos y en definitiva, resaltar la mirada.
Pero cuidado, si no se aplica bien, lo que conseguiremos es un efecto de ojos
más pequeños y cerrados.
Como en todo, existen diferentes presentaciones,
los más comunes y fáciles de aplicar son los lápices, pero también los hay
líquidos, en gel o en crema. También hay diversidad de tonos, los más
frecuentes, el negro y el marrón oscuro. Aunque puedes encontrar en marrones
claros, azules, verdes, morados, grises, blancos… El marrón topo nos encanta
porque da un efecto muy natural, discreto y suaviza la mirada.
Desliza el delineador sobre la línea de
las pestañas superiores y, si lo deseas, de las inferiores, siempre por la zona
exterior (muchas mujeres lo aplicar en la zona interior de las pestañas, pero
no es recomendable por estar directamente en contacto con el ojo, puede
producir irritación, y además el efecto es el de un ojo de menor tamaño).
Para conseguir que el ojo se vea más
grande, largo y abierto, puedes trazar la línea algo más gruesa desde la mitad
exterior del párpado hasta el borde externo del ojo, difuminarla ligeramente, o
no dibujarla en la zona de la mitad interior.
8º) Máscara de Pestañas.
En la actualidad encontramos en el
mercado una inmensa variedad de máscaras de pestañas, cambiando su composición
y sobre todo, su cepillo o aplicador. Su misión es la de dar color, alargar y/o espesar
tus pestañas. Elígelo según el efecto que quieras lograr:
Los más comunes son en color negro,
aunque también los hay en otros muchos tonos: marrón, azul, gris, incluso en
blanco. También los encontramos resistentes al agua, ideales para el verano, la
playa, la piscina… Que resisten las lágrimas, la lluvia, el sudor… Eso sí, son
más difíciles de retirar y deberás usar un desmaquillador de ojos específico
para este tipo de máscaras de pestañas.
Aplícala sobre las pestañas superiores, distribuyéndola de la raíz a las puntas con el cepillo. Cuida que no queden “pegotes” o apelmazamientos, que las pestañas queden bien separadas y levantadas, y conseguirás un efecto de mirada impactante y profunda.
Aplica una o dos capas según la ocasión o según te guste. No dejes que se seque la máscara entre capa y capa porque se apelmazarán, y evita introducir aire en el recipiente, pues lo secará. Es un producto de vida corta, pues generalmente en pocos meses se reseca.
·
LOS LABIOS:
Una vez termines con los ojos,
pasaremos a maquillar los labios. Cuida antes que estén hidratados. Puedes aplicar antes un bálsamo o acondicionador para evitar que se agrieten y para lograr que el
maquillaje se fije y perdure por más tiempo. También puedes exfoliarlos cada cierto tiempo para eliminar células muertas y lograr que estén suaves.
Puedes aplicar un perfilador o
delineador para definir la forma y el contorno de los labios y para rellenar ligeramente. Aplícalo
utilizando trzos cortos y suaves, leves toques a modo de “pinceladas”. Define
la forma “V” del centro del labio superior a lo largo de la línea natural del
labio. Lleva la línea hasta las comisuras y define el centro del labio
inferior. Recuerda difuminar suavemente los bordes interiores para que se funda
con los labios. Puedes crear una base mate rellenando ligeramente el resto de los
labios con el perfilador.
Una vez más, encontramos una gran
variedad en perfiladores, en tonos, presentaciones y texturas. Lo más
importante es elegir un tono acorde al lápiz o brillo que vayamos a utilizar,
también según la ocasión de que se trate y por supuesto, según el color natural
que tengan tus labios. Los hay en tonos rosas, rojos, cobrizos, neutros,
marrones… Los de tonos neutros y rosados suelen funcionar bastante bien con
casi todos los tonos de labios y dan una
imagen más joven y natural.
10º) Lápiz de labios.
Los lápices de labios son otro mundo
dentro del maquillaje. Hay cientos de tipos, colores, texturas, presentaciones…
y con efectos añadidos: hidratantes, anti-edad, mates, con brillo, waterproof…
Selecciona el que más te guste y rellena los labios con el color deseado.
Puedes aplicarlo directamente con la barra, con un pincel, o con el dedo.
Para un look natural, elige rosados
suaves, melocotones cálidos, tonos neutros, o color chocolate o cobrizo si tu
piel es oscura. Para un look más clásico, tonos coral, bayas claros y rosas
oscuros, o marrones más oscuros o metálicos para pieles color bronce. Si deseas
un look más dramático y espectacular, por ejemplo, para una fiesta o una boda,
puedes optar por colores más intensos, rojos, cobrizos oscuros…
Quizá quieras darle un toque de
brillo y luminosidad a tus labios tras aplicar el lápiz. Elige un tono parecido
al que hayas empleado. O puede que prefieras utilizar únicamente el brillo en
lugar del lápiz. Por supuesto, los puedes encontrar en diversos tonos o
transparentes. Aportan más hidratación, suavidad, volumen y brillo, pero menos
color que los lápices.
·
LUZ Y COLOR:
12º) Colorete.
El colorete aporta un toque de color
al rosto que hace que se vea más saludable, jugosos y fresco. Según el color y
cómo y dónde lo apliques, conseguirás un efecto u otro.
En general se utilizan los tonos
rosados, anaranjados, rojizos o marrones, según el tono de piel, tu edad, la
ocasión o la época del año (por ejemplo, con efecto bronceador o con brillo). Los
más empleados y los más fáciles de aplicar correctamente son en polvo compacto,
aunque también los puedes encontrar en forma de gel, crema o incluso en espuma
o mousse, para pieles muy secas o para dar un efecto más fresco. El colorete en
polvo lo ideal es aplicarlo con una brocha.
Si buscas conseguir que tu cara se
vea más alargada, estrecha o afilada, aplícalo en forma diagonal desde las
mejillas o pómulos hasta las sienes. Ideal para rostros anchos, cuadrados,
gruesos o redondos. Si por el contrario
quieres que tu rostro es muy delgado, alargado o fino y quieres que se vea más
redondo, aplícalo en las mejillas.
Evita aplicar varias capas de
colorete o se verá muy recargado y antinatural. Recuerda difuminarlo después de
aplicarlo.
13º) Iluminador.
Es la guinda del pastel, el toque
final que hace que estés radiante. El iluminador, como su propio nombre indica,
tiene el efecto de aportar luminosidad gracias a que están formulados con
pigmentos especiales reflectores de la luz que elevan ópticamente las zonas
oscuras del rostro, lo que hace que se vea más iluminado.
Aplícalo en zonas oscuras como
ciertas áreas que parecen hundidas, hinchadas o flácidas, en el área inferior
del ojo, en las comisuras de las aletas de la nariz, en la barbilla… o donde tu rostro
necesite. En general se emplea sobre todo en la zona de los ojos. Extiéndelo y
difumínalo muy bien con ayuda de tu dedo anular dando suaves toquecitos.
Por último, recordarte que es muy importante desmaquillarse cuidadosamente al final del día. La piel necesita respirar y descansar. Utiliza productos específicos desmaquillantes, para rostro, ojos y labios, y después aplica el resto de productos que habitualmente utilices (hidrantes, serum...).
Todos estos pasos y consejos pueden
resultarte abrumadores si no estás acostumbrada. Pero con la práctica se aprende,
se automatiza, y se agiliza todo el proceso.
¡¡No es tan difícil!! Practica, practica y practica. Experimenta, prueba, diviértete. Irás aprendiendo y viendo qué técnicas, tonos y productos te sientan mejor. Y
ten en cuenta que no todos los días utilizarás todos los productos y pasos
descritos, seguramente a diario lo simplificarás y emplearás lo más básico,
pero cuando necesites arreglarte y prepararte para una ocasión especial, sabrás
hacerlo. ¡¡Aunque todos los días son especiales!! Así que cuídate y mímate todos
los días.
Gracias por leernos. Esperamos que te haya gustado y
resultado útil esta información. Si ha sido así, por favor, compártelo con tus amigas. Seguro que a ellas también les gustará.
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