viernes, 24 de mayo de 2013

Come bien, broncéate mejor


Come bien, broncéate mejor

Alimentos que favorecen el bronceado



Encontramos cuatro nutrientes básicos presentes en algunos alimentos que nos van a ayudar a que nuestra piel consiga el tan deseado tono dorado, a broncearnos de una forma más rápida, bonita y uniforme, e incluso, a broncear la piel sin necesidad de exponerse al sol. 


Los dermatólogos, y los expertos en estética, así lo aseguran: no se necesita abusar del sol para conseguir un bronceado suave y natural. Puede bastar con la ingesta habitual de estos alimentos. 





BETACAROTENO
Es un nutriente que al llegar al intestino se transforma en vitamina A y posteriormente pasa al hígado almacenándose en éste en forma de retinol, una forma de la vitamina A importante en la pigmentación de la piel.

No sólo conseguiremos potenciar el color de nuestra piel sino que es un excelente antioxidante por lo que también contribuirá a fortalecer nuestra piel y a ejercer de escudo para prevenir la aparición de posibles melanomas.


Lo encontramos princialmente en los siguientes alimentos: zanahoria, melocotón, mango, albaricoque, melón, tomate, brócoli, calabaza, espinacas, acelgas, lechuga, pimientos...

Vitaminas C y E

La vitamina C es un potente antioxidante, y además estimula la formación de colágeno en la piel, otorgando una mayor elasticidad y mayor resistencia a nuestra piel. Esto será fundamental ya que al tomar el sol nuestra piel necesitará aumentar la producción de colágeno para no estropearse en exceso.
Podemos encontrar vitamina C en muchas frutas, principalmente en todos los cítricos y en otras frutas, sobre todo: naranja, limón, pomelo, kiwi, mora y fresa, entre otros cítricos. También está en vegetales como coliflor, berro, col, soja, patata, tomates y pimientos.
La vitamina E también es otro gran antioxidante pero que además ayuda a la regeneración de la piel gracias a sus propiedades cicatrizantes. Lo encontraremos en la soja, en el aguacate o en el germen de trigo, en aceites vegetales (de oliva, de girasol o de soja), y yema de huevo.


Manganeso

El Manganeso es un mineral que se encarga de la absorción de los rayos UVA, actuando como filtro y bloqueador de los radicales libres y al mismo tiempo ayuda también a la pigmentación de la piel.
Evidentemente lo necesitamos en dosis muy bajas por lo que ingerirlo en alimentos como los frutos secos en general, (especialmente las nueces), los cereales y las legumbres, será más que suficiente.

Omega-3

Los ácidos grasos omega-3 van a ser fundamentales también a la hora de tomar el sol. Más que para ayudar a nuestro bronceado serán esenciales para el cuidado y la protección de la piel, evitando la deshidratación y ayudando a su protección ante posibles agresiones, quemaduras, etc..
En los pescados azules encontraremos las mayores concentraciones de estos ácidos grasos, como el atún, la caballa, el salmón, el arenque, las sardinas, las anchoas.... También encontraremos alimentos ricos en omega-3 en nueces, soja o germen de trigo.

AGUA
Y por supuesto un extra de hidratación será fundamental, para mantener el buen estado y la elasticidad de nuestra piel durante los días de calor, por lo que beber más de 2 litros de agua o líquidos (zumos, infusiones, refrescos...), así como alimentos ricos en agua como frutas y verduras, nos será también de gran ayuda para recuperar los líquidos perdidos.
No obstante, sobra decir que deberemos usar siempre una crema con factor de protección (superior a 15), pues aunque una alimentación equilibrada y rica en los nutrientes mencionados ayuda a lucir una piel bonita, sana y favorece el bronceado, frecuentemente ocurre que la cantidad de radiación que llega a nuestra piel supera sus posibilidades de defensa, por lo que necesitamos de una protección adicional, y esta protección nos la proporcionan los "filtros solares".



Seguiremos también siempre los consejos que ya todas conocemos, pero que no está de más recordarlos de cara al verano: no exponernos al sol en las horas centrales del día (12-16 horas), ni durante tiempo prolongados, elegir un factor de protección solar de cuerdo a nuestro tipo y tono de piel, reponer la crema solar cada 2 horas o después de bañarnos, hidratarnos adecuadamente, usar gafas de sol para proteger también los ojos de la radiación, y después de la exposición al sol, aplicar productos hidratantes, calmantes, refrescantes y regenerantes (aftersun).



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